Cambiando hábitos
¿Cuántas veces nos hemos propuesto comenzar una alimentación más natural, hacer ejercicio y llevar una vida más sana? pero… ¿Cómo saber lo que nuestro cuerpo necesita y qué régimen es el más adecuado?
La nueva cocina energética propone un regreso a lo natural para descubrir nuevos y viejos sabores a través de una original manera de cocinar que integra mente, cuerpo y emociones.
Todo en la naturaleza tiene su propia energía y fuerza vital. Tenemos que ser conscientes de las cualidades y los efectos de cada alimento y sólo observando y observándonos podremos obtener nuestros propios modelos de salud. Sólo de esta manera, aportaremos a nuestra vida una base para la armonía y el equilibrio.
El organismo ha sido diseñado para renovarse, regularse y curarse de forma natural. Y qué más natural que conseguirlo a través de una alimentación variada y equilibrada.
Aunque en otras ocasiones os he hablado de los alimentos que necesitamos diariamente, vamos a recordar cuales son:
- Carbohidratos para nutrir y llenarnos de energía.
- Proteínas para construir y reparar el cuerpo.
- Minerales, que regulan el PH de la sangre, los músculos, huesos y
- Vitaminas y fibras, imprescindibles para los procesos metabólicos.
- Aceites y grasas, para regular la temperatura corporal.
- Y por último los fermentados, que regeneran la flora intestinal y nos ayudan a que podamos absorber los nutrientes.
Pero existen infinidad de corrientes y filosofías que nos enseñan las diferentes herramientas que tenemos a nuestro alcance para lograr que todos estos alimentos nos aporten lo que necesitamos.
Me gustaría recordar algunas de las más representativas por la gran cantidad de personas que la siguen en todo el mundo, claro está con algunas variantes dependiendo de la cultura, el lugar geográfico, pero sobre todo del fin que se quiera obtener.
Comencemos por la corriente más conocida en la mayoría de las civilizaciones y la más fácil de mantener, ya que se consumen alimentos tanto de origen animal como vegetal. Ésta, es la OMNÍVORA.
Tenemos la corriente VEGETARIANA la cual no se reduce únicamente a la nutrición sino que es toda una filosofía de vida apoyada en principios ecologistas o naturistas. Son aquellas personas que no comen productos de origen animal y sus derivados.
Pero dentro de la práctica vegetariana hay distintos tipos y grados:
Están los VEGETARIANOS PUROS, que no admiten ni los huevos ni la leche por provenir de un animal.
Los LACTOVEGETARIANOS que sí consumen leche.
Los OVOVEGETARIANOS que consumen huevos.
Y los OVOLACTOVEGETARIANOS que consumen ambos productos.
Por otro lado, quienes no consumen nada animal ni usan productos provenientes o testados en ellos, se denominan VEGANOS.
Quienes sólo se alimentan de frutas practican el FRUGIVORISMO.
Tenemos el CRUDISMO, que lo practican aquellas personas que consumen alimentos sin cocinar, no procesados y orgánicos en un porcentaje bastante alto de su dieta.
Aunque existen muchas más tendencias de alimentación éstas son las más conocidas y os las he expuesto para que tengáis conocimiento de ellas y si os resultan afines podáis indagar en los innumerables libros que existen sobre cada una de ellas.
Lo que sí es similar a todas, es una filosofía para la salud, esto significa saber lo que se come y cuando lo comes, puesto que de lo que se trata es de comenzar a cambiar hábitos y eso sólo se consigue cuando tenemos la suficiente información.
Creo que también es importantísimo saber que el cuerpo elimina toxinas desde las 6 de la tarde hasta las 2 de la madrugada, esto nos pone alertas para intentar comer lo menos posible en esas horas.
Entre las 2 de la tarde y las 9 de la noche es cuándo podremos comer alimentos sólidos, y a partir de las 9 de la noche intentar no comer nada. Porque desde las 9 de la noche hasta las 6 de la mañana es cuando el cuerpo asimila los nutrientes.
También es importante conocer un poquito cómo podemos mezclar varias clases de alimentos para asimilarlos mejor o incluso para poder comer todo lo que queramos y no engordar.
Por ejemplo, no debemos mezclar los hidratos de carbonos con proteínas, como patatas con huevos, carne con patatas o queso con pan.
Es importante sobre todo por la noche, dar prioridad a los alimentos crudos, por ejemplo zumos, frutas, ensaladas, etc.
No beber en exceso durante las comidas ya que los líquidos solo sirven para diluir los jugos gástricos y dificultar la digestión.
Y como no quiero que penséis que esto de cambiar hábitos es demasiado complicado, voy a dejarlo en este punto para que podáis asimilar lo que acabo de exponeros y valláis indagando en las redes o en libros las propuestas que más os resuenen.
Y cómo la mayoría somos omnívoros, el saber a qué hora es la más apropiada para comer ciertos alimentos y cómo podemos mezclarlos, es indispensable para que nuestra dieta nos nutra y nos sane.
Tenéis tablas donde podréis ver qué alimentos son compatibles y poco a poco cambiar pequeños hábitos.
Y recordad:
“La salud no lo es todo, pero sin ella, todo lo demás no es nada”