Educación

Inteligencia Intrapersonal

Hay un tipo de habilidad donde los problemas matemáticos, la buena locución o las estrategias no ocupan un papel predominante. Sin embargo los aspectos internos del ser como una manera propia de pensar, sentir y actual es la forma que tiene la inteligencia Intrapersonal de ser.

Simboliza el conocimiento íntimo junto con la capacidad de controlar nuestra psique de una manera armónica. Representa reconocer los sentimientos e implicaciones que tienen éstos cuando interactuamos con los demás. Constituye tener herramientas para aprovechar los estados de ánimos y encaminarlos hacia un objetivo determinado.

Es arte y la destreza para afrontar situaciones conflictivas y evitar perder el control.

No hay que confundir la Inteligencia Intrapersonal con la Inteligencia Emocional. Es cierto que las dos destacan el autoconocimiento y el trabajo interno, pero la Inteligencia Emocional va más allá introduciéndose en conceptos y formas más profundas.

Si tuviésemos que nombrar algunas de las habilidades de este talento diríamos que es la inteligencia del autoconocimiento, la sensibilidad, la reflexión y la meditación. Son seres con un fuerte sentido del yo. Les gusta soñar y a menudo prefieren trabajar en soledad. Definen bien sus metas, callan, planifican, se conocen, estudian sus propios sentimientos y proyecciones. Guían a las demás personas a partir de su propia experiencia.

Y si tuviésemos de destacar un área encargada del pensamiento Intrapersonal diríamos que es el Lóbulo Frontal. Esta área de nuestro maravilloso cerebro es el encargado del pensamiento lógico y del control de la conducta, de los juicios de valor, sopesa las consecuencias de nuestras acciones y es responsable de la expresión de nuestra personalidad.

Algunas preguntas que deberíamos hacernos para averiguar si estas habilidades las tenemos presente en nuestra forma de ser y actuar serían:

⦁ ¿Expreso acertadamente mis sentimientos? ¿Soy capaz de aprender de mis errores?

⦁ ¿Cuándo trabajo en soledad tengo más resultados positivos que cuando lo hago en grupo?

⦁ ¿Llevo un compás completamente diferente en cuanto a mi estilo de vida y aprendizaje, comparado con el resto de la gente?

Podríamos seguir haciéndonos este tipo de preguntas pero llegados a este punto creo que todos nos hacemos una idea si tenemos que ocuparnos de ella. Siempre digo que el entrenamiento de cualquier tipo de inteligencia es la base para poder sacar el mejor partido a todas.

Por ejemplo, podríamos comenzar por conocer algunas prácticas que nos ayuden a conectarnos con nosotros mismos, es importante que al principio alguien que te guie para que puedas realizarlas correctamente.

Existen muchas formas y para hacerlo como el Yoga o el Mindfulness. Se ha demostrado que incrementan la autoestima y regulan las emociones.

Pararnos a reflexionar sobre los sentimientos que experimentamos con ciertos patrones de comportamientos, nos puede ayudar a darnos cuenta con qué situaciones desencadenamos estados de ánimos, que nos hacen estar mal. Es bueno que le pongamos nombre a estas emociones expresándolas en voz alta.

Aprovecha las tareas en solitario, te ayudarán a conectar con tus puntos fuertes y débiles a la hora de trabajar. Claro que para ir progresando tendremos que mirar hacia atrás, para ver qué es lo que nos ha funcionado y que no y así conseguir nuevas y provechosas metas.

Tendremos que ser críticos con nosotros mismos para saber que cualquier respuesta la tenemos dentro, no existe manuales que nos den las respuestas que sólo nosotros sabemos. Tendremos que responsabilizarnos de nuestros actos y de nuestra vida.

Hoy os traigo un juego que la Neurogimnasia Sistémica te recomienda para relajarnos y entrar en meditación. No tendremos que hacer esfuerzos para dejar la mente en blanco o permanecer inmóviles. El propio ejercicio nos ayudará a dejar todo lo que no necesitemos de lado para centrarnos en el momento, mientras disfrutamos.

El ejercicio se llama:

Necesitaréis varias cartulinas y lápices de colores, rotuladores, ceras, todo lo que tengáis a mano con lo que se pueda dibujar.

En este ejercicio la música juega un papel primordial, ya que a través de ella las emociones cambiar al igual que cambian las notas musicales. Si lo hacéis en grupo una persona puede encargarse de ir cambiando la música cuando crea conveniente. Pero si lo realizáis en soledad os aconsejo que grabéis una pista con diferentes ritmos y estilos, con una duración de no más de dos minutos cada una. Así podréis interiorizar y disfrutar del ejercicio sin tener que estar pendientes de ir cambiándolas.

El ejercicio consiste en dibujar el signo del infinito constantemente. A medida que el cuerpo y la música nos lo requieran, podremos cambiar de color o de texturas. Utilizar varias cartulinas o una sola. Dibujar utilizando todo el papel o una esquinita. Las posibilidades las dará vuestro yo interno. Podremos dibujar cambiando de mano o con las dos a la vez. Con los ojos cerrados o abiertos.

Os recomiendo que si tenéis oportunidad lo hagáis en el suelo, donde estará a mano todo lo que necesitemos cuando la música nos evoque ciertos sentimientos.

Cuando la música termine, túmbate y suelta el cuerpo. Permanece así unos minutos y disfruta del trabajo realizado.

Es un ejercicio donde está implicado el cuerpo, la mente y el espíritu. A los niños les encanta y a los mayores les transporta.

Terminamos con una frase sacada del libro Inteligencia Emocional

“Las emociones negativas intensas absorben toda la atención del individuo, obstaculizando cualquier intento de atender a otra cosa.”
Daniel Goleman

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