Mandalas
¿Qué es un Mandala?
Un Mandala es toda aquella forma que, partiendo de un punto central, empieza a desarrollarse simétricamente alrededor de ese punto.
No se sabe exactamente desde cuándo son utilizados, ya que se pierden en el tiempo. Lo que sí se sabe es que son conocidos en todos los países del mundo.
La palabra Mandala viene del Sánscrito. Simboliza todo lo que nos recuerda al Círculo en un nivel físico. Y energía, equilibrio o purificación si lo observamos desde un punto de vista espiritual.
Sea como fuese su definición, lo más importante del Mandala es el efecto que produce cuando trabajamos con esta forma. Está comprobado que transforma la mente y todo lo que rodea a la persona.
Cómo actúa en nosotros.
Cuando comenzamos a crear un Mandala, comienza el viaje. Es como si todo nuestro cuerpo y nuestra psique tomaran forma en ese espacio. Sale nuestra creatividad, nuestros miedos, nuestras búsquedas más profundas. En definitiva, el Mandala abarca tanto el consciente como el inconsciente. Es una forma de conocernos y reconectarnos con nuestro yo más profundo.
El psicólogo Carl Jung fue un gran conocedor de los Mandalas. Trabajaba con ellos diariamente, los utilizaba en sus terapias e interpretaba los sueños con ellos. A partir de ahí, comenzó a elaborar toda una teoría sobre la estructura de la psique humana.
Los Mandalas tienen la capacidad de desarrollar la paciencia, intuición, autoestima y la autoaceptación. Por lo que nos sana física, emocional y espiritualmente.
Cómo hacer un Mandala.
El mundo de los Mandalas es infinito, cómo infinita es nuestra creatividad. Se puede pintar en 2 Dimensiones o crearlos en 3 Dimensiones, utilizando diferentes objetos como palitos, telas y un sinfín de elementos. Se pueden colorear, completar o inventar. Utilizar lápices, rotuladores, acuarelas, ceras, todo lo que se te ocurra tiene cabida en los Mandalas.
Sólo déjate llevar por tus gustos o el estado de ánimo que tengas ese día. No te pongas límite, puedes hacerlo con una música que te guste o en silencio, sólo o junto con otras personas.
Si cuando iniciamos un Mandala lo hacemos desde el centro hacia el exterior, es porque necesitamos expandirnos y abrir nuestro corazón. Si por el contrario lo comenzamos desde fuera hacia dentro, nos querrá decir que precisamos concentrarnos e interiorizarnos. Lo importante es no condicionarnos, sólo sigamos a nuestro corazón.
Otra forma de trabajar con Mandalas es poniendo alguna intención concreta y utilizarla para conseguir o profundizar en algo. Por ejemplo, puede ser que queramos conseguir ser Madres o Padres y mientras creamos el Mandala pensar en ese Bebé que está por nacer.
Qué actividades podemos hacer con ellos.
Como hemos dicho, toda actividad con un Mandala nos conduce hacia nuestro interior, convirtiéndose en una meditación y una ofrenda. Mientras lo realizamos, comenzamos un viaje hacia estancias insospechadas. Ya sabemos que un Mandala tiene que ver con todo lo que signifique rueda, círculo o giro, por lo que realizar Corros y Danzas circulares son Mandalas vivientes que nos conectan con la fuerza y la energía grupal. Otra forma es a través de Laberintos circulares o Geometría Sagrada como La Flor de la Vida.
Si ponemos los mandalas en la pared, automáticamente armonizan la habitación. También podemos realizar una meditación o visualización mientras miramos fijamente el Mandala.
¿Qué significan sus formas y colores?
Debemos saber que utilizar un color u otro a la hora de realizarlos, no es casualidad, así como la forma que hemos escogido.
Por ejemplo: si hemos preferido círculos, significa que necesitamos movimiento o encontrar nuestro verdadero yo. Si escogemos corazones representan el Sol, el amor o cualquier sentimiento de unión. Las cruces nos recuerdan la unión del Cielo y la Tierra así como lo consciente e inconsciente. Los cuadrados, los procesos naturales de la naturaleza, la estabilidad y el equilibrio. Las estrellas, lo espiritual, la libertad y la liberación. Las espirales la vitalidad y una búsqueda constante.
En cuanto a los colores: el Blanco significa pureza y perfección. El Negro coraje e iluminación. El Rojo amor y arraigamiento. El Azul felicidad y fluidez. El Dorado sabiduría y vitalidad y el Plateado bienestar y capacidades extrasensoriales.
Cada símbolo y color tiene una razón de ser. He expuesto sólo algunos de ellos para que, si os interesa, busquéis en la infinidad de libros especializados, donde podréis encontrar todo mucho más extensamente.
La Neurogimnasia Sistémica y los Bio-Mandalas.
Cómo ya os he explicado en el artículo de las Herramientas Biointeligentes, este Método utiliza dichas actividades en el trabajo de sus 3 Pilares: El trabajo Neural, las Inteligencias Múltiples y la Consciencia Corporal.
En este caso utiliza los Mandalas para un trabajo muy específico. Cuando quiere trabajar con la Inteligencia Naturista o Naturalista, maneja lo que ha denominado BIO-MANDALAS. La Neurogimnasia llama así a los Mandalas cuyo significado, función y fin es la Naturaleza en todas sus facetas.
Además de usar los Bio-Mandalas para este tipo de inteligencia, también la utiliza en momentos en que se necesita un ambiente de silencio e introspección.
Para ello tendremos que tener ciertos materiales, como ramas, hojas, flores, tizas de colores, sal, cuerdas, piedrecitas de distintos tamaños, telas naturales y todo lo que se nos ocurra, siempre que lo podamos encontrar en la naturaleza o sean productos naturales.
Se puede hacer este ejercicio solo o en grupo, dependiendo del número de alumnado y lo que necesitemos trabajar.
Para crear un ambiente relajado, podremos poner música suave y advertir que tendremos que estar en silencio.
A partir de ahí, se darán las pautas que el profesorado necesite, como el tiempo necesario para terminar, si es libre o si por el contrario tenemos que representar la lección de ciencias dada ese día. En fin, la ejecución dependerá de la creatividad, no ya sólo del alumnado sino también del profesorado.
¡¡¡Os invito a que los Mandalas formen parte de vuestras vidas!!!
